Eduardo Milán inauguró el miércoles en el Caixaforum de Barcelona el ciclo de conferencias
De poeta a poeta. Bajo el título
Nicanor Parra y la poesía concreta, el poeta uruguayo trazó una brillante panorámica de la poesía latinoamericana de los años 50 centrada en algunas de las tentativas que por entonces trataban de recuperar parte de las enseñanzas de las vanguardias históricas para desplazar la anquilosada poesía de aliento populista representada por el Neruda posterior a las dos primeras entregas de
Residencia en la tierra. Según Milán, propuestas tan distintas y hasta cierto punto opuestas como la antipoesía de Parra y la poesía concreta brasileña convergerían en ese contemporáneo empeño renovador. La idea me parece profundamente sugerente. Por un lado, un autor dispuesto a liberar el lenguaje poético de la dictadura de la metáfora (herencia del exilio literario español, Milan
dixit) y a aproximar la figura del poeta a la del hombre común. Por el otro, un grupo de creadores empeñados en radicalizar la autonomía del significante sin miedo a interrumpir el convencional flujo comunicativo con el lector, o incluso propiciándolo. Los dos extremos, por fin, dándose la mano en su intento por resquebrajar el arquetipo lírico defendido por Neruda, un Neruda que tras haber abjurado de su magnífica obra previa en búsqueda de una nueva e ilusoria "voz para el pueblo", incurría además en la contradicción de conservar su pose de vate y seguía blandiendo su sonaja de hechicero de la tribu.
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Durante las próximas semanas, Olvido García Valdés disertará sobre Vallejo, Gamoneda sobre San Juan, Miguel Casado sobre Machado, Gimferrer sobre Octavio Paz y Valerio Magrelli sobre Giorgio Caproni. La cosa promete.
Poema de Augusto de Campos