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LISBOA
LISBOA
He comido en el restaurante Tavares
con el espectro de Pombal en la puerta;
después he entrado en la librería anticuaria
O Mundo do Livro, de Trindade, 12,
donde he comprado Dichos y hechos de Felipe II
mientras hablaba de plantas con el propietario.
He explorado nuevamente la rua Garrett
y en un taxi me he trasladado hasta el Museo
para plantarme ante los monstruos de Hyeronimus Bosch
y pasearme, después, por las Janelas Verdes.
En la Baixa he encontrado la sombra desmejorada
de Ángel Crespo ante los cristales de un escaparate.
Me ha abrazado y me ha dicho que "esta ciudad se eleva
con majestuosa y sencilla gracia rutilante
muy acorde con los azules cambiantes del cielo".
Después ha desaparecido. He vuelto, triste, al hotel.
Por la ventana he podido contemplar el paisaje urbano
de esta Lisboa íntima, repleta de saudade y fado.
El paxarinho da ribeira volaba mar adentro, silencioso,
y he visto cómo todo se transformaba en un cuadro de Paul Klee.
con el espectro de Pombal en la puerta;
después he entrado en la librería anticuaria
O Mundo do Livro, de Trindade, 12,
donde he comprado Dichos y hechos de Felipe II
mientras hablaba de plantas con el propietario.
He explorado nuevamente la rua Garrett
y en un taxi me he trasladado hasta el Museo
para plantarme ante los monstruos de Hyeronimus Bosch
y pasearme, después, por las Janelas Verdes.
En la Baixa he encontrado la sombra desmejorada
de Ángel Crespo ante los cristales de un escaparate.
Me ha abrazado y me ha dicho que "esta ciudad se eleva
con majestuosa y sencilla gracia rutilante
muy acorde con los azules cambiantes del cielo".
Después ha desaparecido. He vuelto, triste, al hotel.
Por la ventana he podido contemplar el paisaje urbano
de esta Lisboa íntima, repleta de saudade y fado.
El paxarinho da ribeira volaba mar adentro, silencioso,
y he visto cómo todo se transformaba en un cuadro de Paul Klee.
10 comentarios:
Todos somos un poco lisbotarras, por eso será que nos gusta, digo yo.
Suena muy bien la versión. Perucho estaría contento.
Gracias, Enrique.
Sí lo somos, Pianista, y mucho.
Muy bueno. ¿Para cuándo otro?
¿De Perucho, Diego? Me gusta más como narrador, pero sí, la verdad es que tiene algunos poemas muy buenos.
Muy bueno. Aunque estoy de acuerdo contigo en que el Perucho narrador tiene más peso.
Es mejor narrador, ahí no hay ninguna duda, pero se agradecen los buenos poemas.
Por supuesto, Diego; y te haré caso: pondremos más poemas, sobre todo de los últimos libros, que, si no me equivoco, no están traducidos al castellano.
Lisboa fue el lugar donde fui más feliz.Gracias por permitirme "matar as saudades", he llegado a tu blog por casualidad, y volveré como me has hecho volver a la ciudad donde
"La piedra que era gris se vuelve azul/porque esta es la ciudad que desciende/por unas escaleras hacia el mar/".
Gema
Bienvenida al blog, Gema. Yo también podría decir que he sido feliz en Lisboa, desde luego que sí. Vuelve a pasar por aquí cuando quieras.
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