IMPRONTUARIO: Contra la poesía

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Contra la poesía

En su ensayo El telón, dedicado al arte de la novela, Kundera trata de caracterizar la poesía como un sarampión propio del literato inmaduro. Si el escritor crece lo suficiente como persona y como creador deberá, nos dice grosso modo, pasar a cultivar la narrativa. Más allá de la evidente intención provocadora, sorprende la visión tan pobre que de la poesía ofrece el autor, caricaturizada mediante los consabidos tópicos sobre desahogos adolescentes y egotismos varios. El propósito último de Kundera es, en realidad, atacar toda actitud artística no analítica.



En uno de los capítulos de En defensa del fervor, Zagajewski se detiene en enumerar los principales argumentos tradicionalmente esgrimidos contra el género poético. El autor absuelve a su compatriota Gombrowicz, cuyo panfleto Contra la poesía acabó propiciando en su momento un constructivo debate, pero no sé si haría lo mismo con las observaciones del checo, tan pendientes de reivindicar el distanciamiento irónico, ese recurso cuyo abuso representa para Zagajewski el máximo responsable de la falta de ambición de las letras actuales. Carencia que su vez propicia un tipo de poesía que sí merece ser atacada:


"Sólo me enoja la poesía pequeña y pusilánime, obtusa y rastrera, una poesía que escucha servilmente lo que sopla el espíritu de la época, aquel burócrata desidioso que revolotea a ras de tierra envuelto en una nube de ilusiones."


El libro de Kundera, por cierto, es bastante interesante, a pesar de sus efectistas mandobles. El de Zagajewski, simplemente necesario.

12 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

¿Es una indirecta? Lo tengo frente al teclado.
Kundera es así. supongo que, en su descargo -o interpretación- hay que considerar su literatura como defensa en la Checoslovaquia más tenebrosa. De hecho, y en susnovelas antiguas, la carga poética es novelísticamente intensa, me parece a mi.
A veces, además, lo que más quieres es lo que más leñazos se lleva.

E. G-Máiquez dijo...

Amén.

Juan Vico dijo...

Ya digo, el libro vale la pena, pero molesta la obsesión por otorgar a la novela el puesto más alto en el podio de los géneros. Kundera apuesta por la tradición que viene de Rabelais, Cervantes, Sterne y compañía, de ahí que dispare a matar contra esa idea convencional de lo lírico. Todo esto daría para un buen debate. Kundera defiende, en resumidas cuentas, la idea de la literatura como forma de conocimiento. El problema entonces pasa por discutir si ese conocimiento puede trascender la argumentación racional. Él diría que no, y no pocos poetas "realistas" estarían de acuerdo. Yo apuesto sin ninguna duda por la existencia de un conocimiento puramente poético, transracional. Pero el libro de Kundera, insisto, está lleno de hallazgos: el nacimiento de la narrativa europea en las sagas islandesas, la fusión de lo trágico y lo cómico en Cervantes como pistoletazo de salida de la novela moderna, la defensa de la digresión como parte fundamental del género y la consecuente denuncia de la dictadura de la trama... Y sobre todo una concepción antinacionalista de la literatura, que le lleva a menospreciar la idea de que un autor debe ser leído siempre en su lengua original; afirmación que, por cierto, huele tanto a boutade como la provocación antipoética que ha motivado mi entrada.

Juan Manuel Macías dijo...

Estoy de acuerdo, Juan, en lo del "conocimiento poético". Por otra parte yo siempre he creído que la poesía no es un género literario, es algo más cercano a la magia (en un sentido antropológico) y a la música. La literatura vino mucho después. Ahora bien, puestos a boutadear, me atrevo a sostener que el rival natural de la poesía no es la novela sino la Play Station... Por fastidiar a los libreros.

P.D.: Estoy leyendo tu libro con placer. Me encanta. Te contesto pronto con el mío.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Me da la impresión de que Kundera tiene una visión más bien intelectualista de la literatura, y en eso, si no eres Eliot, Valéry o Juan Ramón, pues parece que gana la novela, en efecto.

Juan Vico dijo...

Una de las cosas que más me llama la atención de esa concepción "trascendente", Juan Manuel, de ese ahondamiento en las raíces preliterarias de la poesía, es su capacidad para hermanar poetas estilísticamente muy distantes.

Me alegra enormemente que te agrade mi libro; estoy impaciente por leer el tuyo.

Juan Vico dijo...

Hola, Jesús, bienvenido. ¿Te refieres a que la novela parte con ventaja, a que su propia naturaleza la predispone para ofrecer una visión más compleja de la realidad? No sé, no lo tengo muy claro...

Anónimo dijo...

Siendo como soy un iletrado en cuestiones literarias, creo que la poesía tiene el defecto de ser, a la vez, la forma más barata y cara de expresión escrita. Barata porque cualquiera se lanza a "decir una poesía" de factura propia -a las reuniones del Imserso me repito, que parecen Juegos Florales-, y cara porque hacer poesía de la buena, buena, es dificilísimo. En medio hay un mundo de matices.
Personalmente, tengo la sensibilidad de un asno para captar la poesía, aunque, curiosamente, la música me apasiona, cuando las canciones no son más que poemas musicados. Tendré que psicoanalizarme nuevamente.

Anónimo dijo...

Fe de erratas: donde puse "me repito", quería decir "me remito". Aunque es obvia la corrección, me fastidia enormemente cagarla en sólo unas pocas líneas :)

Juan Vico dijo...

El otro día, Jesús, vi a tu querido Caetano en la última de Saura. Tremenda versión en falsete de "Estranha forma de vida", tan emocionante como el resto de la película; no te la pierdas. Y menos modestia con lo de la poesía, que no me olvido de tu pasión por J.V. Foix.

camaradeniebla dijo...

Les pasa a los moralistas en general.El tono me recuerda al buen Cadalso poeta que tituló su obra en la ancianía "Ocios de mi juventud".¡Qué losa¡

Juan Vico dijo...

Y qué difícil, Ana, evitar la tentación moralista cuando se defienden con vehemencia las convicciones de uno.