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No son los grandes cúmulos de piedras, ni los montes de musgo, ni los tejidos espesos a lo largo del ruido. No son las flores de la noche, ni los alfabetos religiosos, ni son las bestias de desdicha y solemnidad. No son las piedras blancas, ni las piedras grises, ni los vientres obscuros que se ofrecen al águila. No son los recuerdos deshilados, ni las reinas marchitas junto a sus ruecas gigantescas. No son las impuras sombras, ni los dorados agujeros. Son los dedos, solamente los dedos.
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J.E. Cirlot, La dama de Vallcarca (1957)
No son los grandes cúmulos de piedras, ni los montes de musgo, ni los tejidos espesos a lo largo del ruido. No son las flores de la noche, ni los alfabetos religiosos, ni son las bestias de desdicha y solemnidad. No son las piedras blancas, ni las piedras grises, ni los vientres obscuros que se ofrecen al águila. No son los recuerdos deshilados, ni las reinas marchitas junto a sus ruecas gigantescas. No son las impuras sombras, ni los dorados agujeros. Son los dedos, solamente los dedos.
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J.E. Cirlot, La dama de Vallcarca (1957)
Max Ernst, Oedipus Rex (1922)
16 comentarios:
Qué grande Cirlot...
jajaja
¡hemos recuperado dos voces de culto que tienen que ser RE conocidad al mismo tiempo¡
Los dedos....
¡ Qué maravilla se puede lograr con ellos !
Saludos
Los dedos...llegamos al origen:lapiel,talvez la membrana del alma, qué buen texto, cuánto me gusta
Feliz 2009¡¡¡
Misterioso Cirlot.
Enorme, Juan Manuel, e imprescindible.
Lo de Cirlot con Schöenberg, Ana, era directamente mitomanía. Es sorprendente que dos lenguajes tan cerebrales (a pesar de las intentonas surrealistas de Cirlot) lograran tal intimidad con el Misterio.
Y tanto, Veridiana. Yo siempre me acuerdo de aquello que dijo Woody Allen: que le gustaría reencarnarse en las yemas de los dedos de Warren Beatty. ;)
Pues siguiendo con la sección de frases célebres, ya sabes la de Valéry: "lo más profundo es la piel". ¡Qué gran verdad!
Feliz año a ti también, Maíz de Agua.
Delicioso misterio, Olga.
Yo lo decía por Gil Albert...
pero bueno, también Schönberg.
Ah, claro, qué torpe! Pues nada, Ana, a tres bandas.
Cirlot es simplemente espectacular. Tremendamente moderno, pero dueño también de una gran tradición. ¡viva!
Hola, Raúl. Pues sí: fanático de lo medieval y experto en arte abstracto y en música serial, tradicional y vanguardista, todo al mismo tiempo. Quizás por eso, por lo que tiene de paradójico, fascina tanto.
¡vuelve¡
Tus deseos son órdenes, Anita.
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