Invención
Esta noche la luna es una galleta
con un mordisco desprendido,
flotando en la oscuridad;
más o menos en una semana,
según el calendario,
se parecerá probablemente
a un balón de plata, mientras
que hace nueve o diez días
me recordaba a un gancho delgado y brillante.
Pero a la larga,
hacia el final del mes,
calculo,
se irá gastando hasta
desaparecer, y no habrá más
que estrellas en el cielo,
y dispondré de unas cuantas noches
para mí, de algo
de tiempo para que descanse mi nerviosa pluma.
Billy Collins
Paul Klee: Silver Moon-Ringing (1944)
4 comentarios:
Precioso poema y magnífica traducción. Es grato comprobar que la luna sigue siendo inevitable en poesía.
Muchas gracias, Juan Manuel. Eres todo un perito en el tema, a lo Miguel Hernández.
Estoy con ambos. Qué bonito poema, sobre todo ese sorprendente final, cuando la inevitabilidad de la poesía (y de la luna) se cuela con una luz releja, que es la suya. Gracias por la traducción, estupenda.
Gracias a ti también, Enrique; la verdad es que mi inglés deja mucho que desear... El poema es precioso, sí.
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