La Fortuna mis tiempos ha mordido,
gentes, costumbres, lenguas he pasado,
un testigo fugaz y disfrazado,
ser en seres deshecho y repartido.
Breve trono y su instante destronado
me da tu corazón, valle tendido,
las lunas que serán y las que han sido.
Tu salto es un segundo congelado.
Si no puede ser más, siquiera una hora,
ajeno fue, pues fue sólo un momento
de un río de corriente silenciosa.
No te engañen las rosas, que a la aurora
no sé qué es de mi oído sin tu acento.
No me escribas, poeta, y calla en prosa.
Versos de Quevedo, Garcilaso, Sarduy, Cirlot, Lezama Lima, Lorca, Borges, Paz, G. de Cetina, H. de Acuña, Vallejo, Góngora, M. Hernández y Cernuda.
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11 comentarios:
Quevedo y Góngora en el mismo saco. Si te oyeran juntarlos...
Insisto en decirte que esto sí tiene mérito. Al menos rima, no como lo tuyo XDDD
Abrazos.
El anónimo soy yo, evidentemente. Desde luego, donde pongo el ojo, no pongo el puntero.
un centón es un centón. ciertamente, tiene mucho mérito.
y todavía me parece mejor cuando se juntan quevedo y góngora, pero también gutierre de cetina y lezama. ole
Espléndido, Juan. Has convertido el camarote de los Marx en un soneto.
Hola, Jesús. Otro día probaremos con Gamoneda y García Montero, por ejemplo, a ver qué pasa.
Y afina la puntería, hombre.
Bienvenido, Manolo, y gracias por tu comentario. Me ha faltado Fernando de Herrera, al que tan buen acomodo ofreces en tu blog.
Y gracias a ti tambien, Juan Manuel. Quedas invitado a un huevo duro.
Con esto a la larga se podría hacer un libro.
Me encanta la mezcla Siglo de Oro-XX. Parece mentira que calcen tan bien Quevedo y Lezama.
Un abrazo.
Como ya he comentado alguna vez, Diego, más allá de su cuestionable valor literario, me atrae de estos experimentos su cuestionamiento de la sagrada integridad del poema. He leído hace poco que la literatura tendría que aprender a valorar el error (y el errar) como generador de discurso. Probablemente sea verdad.
Otro abrazo.
Callar en prosa.
Ahora le metía yo un callado a alguno de esos que me quedaba más contento que unas castañuelas.
Rabioso, pero no poéticamente!!!
Bueno, Pianista, mientras no le metas con un cayado...
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