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Klaus recordaba, de niño, haber quemado hormigas con una cerilla. Las hormigas se derretían rápidamente, se enrollaban sobre sí mismas y desaparecían. Klaus lo ha recordado hoy porque en el diario ha salido una foto de lo que ha quedado de una bomba. Las noticias llegaban a veces con semanas de retraso, pero todas las frases eran actuales.
El caballo putrefacto en medio de la calle, cubierto por miles de moscas, no había salido una sola vez en el diario. Aquella calle no les interesaba: era estrecha, los tanques difícilmente serían felices en la calle que ahora ocupaban los restos de un caballo que se pudría. La cabeza del caballo está vacía, es más pequeña que la cabeza de un pájaro. La cabeza del caballo es un cubo negro, vacía por dentro.
Gonçalo M. Tavares, Un hombre: Klaus Klump
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3 comentarios:
¿Qué fue de Tom Hagen?
Uf, a mí no me metas en Gomorras!
A saber dónde andarás tú!!!!
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